¿Qué es Cuentos en Frasquitos?

“Cuentos en Frasquitos” fue un taller literario en salas de 4 y 5 años del turno tarde del Jardín de la escuela “Hilario Ascasubi” de Bell Ville,provincia de Córdoba , para estimular el placer por la lectura , considerando a los niños como lectores activos y capaces de producir su propia literatura.El objetivo general fue acercar la literatura a estos niños para estimular un acercamiento pleno y placentero a la lectura,estimulando la imaginación , la creación , y el lenguaje simbólico.
Este proyecto , avalado por Fundación Navarro Viola e INCIDE (Instituto para la Cultura , la Innovación y el Desarrollo) abordó la literatura infantil como un discurso autónomo , independiente de “didactismos” y moralejas, que propicia la creación , el pensamiento crítico y la reflexión. El trabajo con los padres y familias incluyó un Fogón de Relatos con los chicos a modo de cierre,para rescatar historias cotidianas,anécdotas ,historias y mitos del barrio,cuentos de los abuelos. La edición de un blog difundiendo estas actividades y la producción de los llamados “Cuentos en frasquitos”,narraciones que los chicos dictaron durante los encuentros para darles formato de libro “enfrascado”.Esta idea se relaciona con el libro portador de historias propias y, a la vez, como soporte de diferentes formatos.
La relectura del mito de Pandora permitió jugar con la imaginación y la creatividad a través de un frasco que semana tras semana se iba llenando de cuentos,dibujos, sonidos y palabras.
Justamente de eso se trata la literatura:destapar un frasco,descubrir los enigmas,liberar el pensamiento.

Gabriela Pepichelli
Soledad Galván
*Facilitadoras del proyecto

Cuentos en frasquitos españoles

Desde España, nuestra amiga Beatriz Berrocal Pérez se suma a la magia de la literatura en frasco

¿Quién quiere un cuento bonito?
Me lo encontré hace un ratito
en un frasco de cristal.

Estaba aquí, en la cocina
metido en una vitrina
donde lo puso mamá.

Está llenito de letras
que se mueven pizpiretas
y no paran de saltar.

Quieren salir todas fuera
y al quitar la tapadera
han empezado a volar.

Están tan descolocadas
que parecen alocadas,
como si fuesen a hablar.

Y no es que yo me equivoque,
por arte de birlibirloque
va cada una a un lugar.

¡Caramba lo que ha ocurrido!
Las letras se han convertido
en historias que contar.

Mi casa se llena de cuentos
como locos de contentos
por conseguir escapar.

Observo desde la puerta:
Con un frasquito de letras
¡lo que se puede lograr!

Abriré bien la ventana
que sean libres mañana
y nadie los vuelva a encerrar.

A ver ahora qué pasa
por quedarme solo en casa,
verás cuando llegue mamá…


Cuentos cruzados

Cuentos cruzados
César Busso y su genial versión de Caperucita

Renunciamiento

Esa mañana Lautaro se levantó, cumplió con sus pequeñas acciones de siempre y aunque el desayuno le había caído mal, se disponía a encontrarse con sus amigos. Estaba en época de vacaciones y sabía muy bien que debió hacer la cama, cuando no iba a la escuela era su responsabilidad, pero no le importó lo que la madre podía reservarle cuando se diera cuenta. Salió como apurado, raro en verano, como si llegara tarde a algún lado. Llamó a su perro manchita, le dio de comer, lo miró y notó que estaba triste con los ojos llorosos, pero no le dio importancia “debe ser que tiene un poco de moquillo total tiene la vacuna” pensó.
Camino a la arboleda que quedaba a unas ocho cuadras de su casa, donde se juntaban los chicos del barrio, Lautaro notó algo raro en el ambiente. El aire estaba más espeso que de costumbre, los perros que siempre ladraban a su paso a lo largo del camino, ese día no se escuchaban; las plantas, que los vecinos ponían en los frentes de sus casas, parecían caídas. Caminaba por la vereda buscando sombra y notó, en las proximidades de los árboles, que aunque no lloviera el piso estaba mojado y seguían cayendo gotas. Él transpiraba más que de costumbre. Notó también que el canto de los pájaros que tanto le gustaba, ahora se daba cuenta de ese gusto, no estaba y solamente se escuchaba el violento ruido de los vehículos.
Faltaba poco para llegar a la arboleda y todo parecía aun más extraño. Ahora veía gente grande que se bajaba de los autos, algunos con cara de preocupación, otros se reían, mas todos miraban el río. Cuando él se acercó a la orilla, “mamá no se va a enterar” se dijo, vio que el río estaba muy crecido. Para terminar de completar su estado de alarma escuchó a un mayor decir: “y dicen en la radio que va a seguir creciendo”.
Por fin estaba en la arboleda, rara como todos los seres vivos que había visto ese día, los chicos que ya estaban tenían la misma cara de preocupación que él, y los que llegaban parecían acrecentar el espanto. Se dieron cuenta que ahora el agua, aunque no lloviera, los invadía por todos lados. Al llegar el pequeño Alberto comentó que en la televisión decían que un virus era el causante de la liberación de líquido por parte de las especies animales y vegetales. Después de una larga discusión y de entredichos, Ángel gritó que sabía lo que pasaba: “están llorando”. “Claro, – dijo Damián- con todo lo que le hacemos”, “pobres” exclamó con lágrimas en los ojos Anita Julia. Lautaro vio los ojos brillantes de todos sus compañeros e imaginó los suyos propios, se dio cuenta de la gravedad del problema, tomó aire, consiguió la atención y preguntó: ¿Y ahora qué hacemos?
Marcelo Sanabria*


*Profesor de Lengua y Literatura.Poeta.Cursa la licenciatura en Literatura en la Universidad Católica de Córdoba.Ha ganado certámenes internacionales de poesía con sus trabajos.

A rodar los libros...


“Definir el libro como "un juguete" no significa en absoluto faltarle el respeto, sino sacarlo de la biblioteca para lanzarlo en medio de la vida, para que sea un objeto de vida, un instrumento de vida. Ni tan sólo significa fijarle unos límites. El mundo de los juguetes no tiene límites, en él se refleja y se interfiere el mundo entero de los adultos, con su realidad cambiante. Hasta figuran los tanques, por desgracia...”
Gianni Rodari,Gramática de la Fantasía

“Lanzar los libros en medio de la vida”: ésta fue mi intención al querer hacer rodar la literatura infantil en una escuelita rural alejada pero rodeada de un verde y a veces amarillo paisaje que invitaba a la mejor de las danzas. Y fue un desafío, ya que por allí el mundo de los libros se había desintegrado hacía tiempo y hasta parecía haberse perdido el entusiasmo, la pasión y la curiosidad por la lectura.
Claro está que este era un mundo sin ejemplos y sin libros, cómo entonces podría edificarse el descubrimiento de la lectura. Y es un caso muy especial el del ejemplo, estoy convencida de que lo que lleva a un chico a leer es el ejemplo. De la misma manera que aprende a vestirse sólo, a comer con cuchillo y tenedor o a andar en bicicleta sin rueditas. Desde pequeño ve como lo hacen los adultos, y entonces también él quiere hacerlo. No es algo natural, sino cultural. Entonces si ningún adulto cercano al niño acostumbra a leer, difícilmente el chico vaya a convertirse en lector.
Estas afirmaciones parecen estremecedoras más aún si constatamos que en las familias no se lee y en las casas ya ni hay espacio para guardar libros. Sin embargo, existe otra oportunidad: la escuela, vista en estos tiempos como el espacio de la “salvación” de la literatura.
Y en el caso de la escuelita rural a la que me acerqué había ausencias de todo tipo referidas a la lectura. Era mi misión invitar a un nuevo mundo y contagiar a estos niños y docentes la pasión...y la curiosidad.
La tarea era difícil comenzaba a ser yo “el ejemplo” y todas las miradas me apuntaban, aunque esto se desestabilizó aquel día maravilloso en que una gran caja llegó a la escuela, desde la capital, grande y pesada. Junto a los niños la abrimos y pude observar cada cara, cada gesto, desconcertados, iluminados, alegres, no podían creer que tantos libros vinieran a quedarse para siempre en la escuela. Libros grandes y pequeños, con dibujos fantásticos, de tapas duras y blandas, libros exclusivos para ellos.
Así comenzó este tan largo proceso que por suerte nunca acaba, y fueron ellos quienes lo iniciaron: tomaron cada libro, lo hojearon, miraron sus dibujos, deletrearon algunas partes, títulos, autores. Luego los desparramamos por todo el piso, uno por uno, para que se vieran todos, y ahí se estaba construyendo este nuevo mundo, con este acto tan grande y pequeño empezábamos a adentrarnos en la literatura infantil: yo, como facilitadora (ejemplo), ellos, como exploradores (curiosos) de un “lugar” casi desconocido.
Gisela Rossetto Bustos
Lic. en Comunicación Social.Coordinó talleres de Periodismo infantil.Facilitadora del proyecto “Vocecitas Rurales” en la escuela rural Marcos Sastre, avalado por INCIDE y Fund.Navarro Viola.

La llama perpetua

Con aguda preocupación, docentes, especialistas y padres nos preguntamos cuándo y cómo comienza la afición a la lectura en los niños. Si percibiéramos la llama que se enciende en la mirada -aun de niños muy pequeños- apenas escuchan una historia, una canción o un poema, comprenderíamos que sólo se trata de avivar y acompañar ese fuego siempre.

Adriana Imperatore
Lectora perpleja y docente universitaria


Presentación informal
En el siglo pasado, allá por 1995, me gradué como profesora y licenciada en Letras por la UBA. Me desempeñé como docente, al igual que ustedes, en distintos niveles de la educación pública y privada, en Capital y provincia, por la mañana y por la noche (sólo me faltó dar clases en la cárcel y no lo hice porque justo quedé embarazada, pero algún día se dará). Como estaba demasiado acostumbrada a frecuentar el infecto edificio de la Facultad sito en la calle Puán, me integré en 1998 como docente en la cátedra de Teoría Literaria II. Pero mi vida cambió realmente cuando en 1999 me incorporé al proyecto UVQ, porque a la existencia presencial se agregaba ahora la dimensión virtual desconocida que fundía -en un abrir y cerrar de ojos- el día y la noche, la oralidad y la escritura, mi pasión por la literatura (¿una antigüedad?) con el futuro y el ciberespacio. Con el correr del tiempo hice una especialización en entornos virtuales de aprendizaje, una maestría en literatura y educación en España (beca mediante porque ya regía el 4 a 1) y cursos de doctorado (debo la tesis). En mi vida presencial residual me casé con mi concubino (todo un logro ya que es un estudioso del anarquismo) y el año pasado nació Carla, que nos alegra la vida y se ha convertido en el terror de Marat -nuestro gato- toda vez que se acerca a tirarle de las orejas o los bigotes.



Una ronda de literatura

El Grupo “La Ronda”, de la ciudad de Córdoba, está formado por un grupo de especialistas con una larga trayectoria en el ámbito de la lectura y escritura, la literatura y los niños. Desde 1992 trabaja en la formación de docentes de todos los niveles, desde el Nivel Inicial hasta el Superior (Universitario y No Universitario).
Ha participado en acciones de capacitación en el orden municipal, provincial y nacional y organizado las I y II “Jornadas de Mediadores entre Libros y Niños” en la Feria del Libro Córdoba. Desarrolla diversas acciones como: talleres de lectura y escritura, propuestas de enseñanza de la literatura, asesoramiento en proyectos pedagógicos por ciclos o institucionales y actividades de educación no formal.
Actualmente ofrece por segundo año el Postítulo: “Actualización en enseñanza de la lectura y la escritura en la EGB”, para profesores de 1º y 2º ciclo de la E.G.B.El trabajo parte de la convicción de la literatura como arte que abre puertas y permite que los niños se formulen preguntas y construyan respuestas. Ello supone niños concebidos como seres activos, pensantes, capaces de disfrutar la palabra a través de la lectura y la escritura creadora cada uno a su manera.
Informes: Te. (0351) 4716068, E-mail: syepes@fibertel.com.ar


Saltando el charco

Aunque el agua me impone un enorme respeto, hoy me atrevo a saltar ese enorme océano que nos separa pero que se convierte en un pequeño charquito en ocasiones como esta, en la que nos acerca el interés por llevar a nuestros hijos toda la magia que hay en la lectura.
Muchas veces he oído comentar la cantidad de melodías que se pueden conseguir combinando las siete notas musicales, y entonces me da por pensar la cantidad de historias que surgen gracias a un grupito de letras que colocadas de una u otra forma abren nuestra imaginación a mundos desconocidos, a seres inexistentes, a sucesos hermosos o terribles, a paisajes que creemos estar viendo y hasta a sentimientos que logran arrancar de nosotros una sonrisa, una carcajada o un profuso llanto ( no sé cuál de estas cosas es más difícil para el escritor, pero de cualquier forma es un mérito si lo consigue), y todo esto gracias a ese montoncito de letras inofensivas, inamimadas, que parecen hasta un poco “sosas” cuando se las intentamos enseñar a nuestros pequeños.
Es grande la responsablidad de acercar a ellos todo lo que se les puede transmitir con esas letras, pero es bonito si comprenden que detrás de ellas se esconden infinitos cuentos que les van a hacer soñar.
Beatriz Berrocal Pérez

Escritora española de literatura infanto-juvenil.Entre sus obras más destacadas se encuentran “Memorias de Tristán Saldaña”,”Redacción de mi pueblo”, y “Marioneta”,publicadas por la editorial Everest.Ha ganado varios certámenes en su país en el género inantil.

sábado, 19 de julio de 2008

Infancia.literatura y lectores.Reflexiones sobre un taller de literatura y lectura en el Jardín de Infantes*

Un perro quería subir la escalera para tocar el cielo, las estrellas, la luna, y después que tocó todo, el cielo, las estrellas y laguna y el sol se cayó porque estaba alto.
El perro era amarillo, rojo, verde y celeste, era raro y pequeñito.”
*”Cuento con perro” , narración imaginada y dictada por Juan ,
Nahuel,Federico,Cristian y Leonardo de la sala de 4 años del Jardín “Hilario Ascasubi” de Bell Ville, basado en “Perro ladrando a la luna” de Joan Miró

La concepción de infancia que se suele tener cambia según el contexto y la mirada de la época.Lo que no varía es la hegemonía adulta que domina esta percepción y las maneras en que se constituye la enseñanza de la literatura y la formación de lectores en función de ella.
“Estos libros no son para estos chicos,son demasiado difíciles,tendrían que tener más imágenes”
“Estos chicos no están acostumbrados a los libros,por eso los rompen”
“Una tiene que hacerse cargo de enseñarle los valores que no le enseñan en la casa”
“Qué querés si este nene está todo el día en la calle”
Estos podrían ser algunos discursos que se oyen en diversos ámbitos escolares y que reflejan esta mirada.La infancia como un lugar que hay que enderezar,corregir,como un espacio “carente de”.Desde temprano se empieza esta ardua tarea de fortalecer y tejer un corral alrededor de los chicos, que no permite que nada incierto,peligroso o de dudosa moral manche esa rosa dorada llamada infancia.
Leemos cuentos “que enseñen a”,” que dejen un mensaje”,” que contengan valores”.No dejamos ni por asomo que las palabras caca-pis-teta se asomen siquiera a través del corral y todo es políticamente correcto,bueno,puro,moral.Paradójicamente,fuera de la escuela,el lenguaje de la vida cotidiana vibra con fuerza y sentido:
“mi hermanito toma teta,sé…”
“él se hizo pis encima el otro día”
“mirá ,sé un moco de ogro”
“jugabamos en la vedera”
Cuando nos acercamos al Jardín de Infantes “Hilario Ascasubi” de Bell Ville,
[1] nuestro objetivo fue establecer un vínculo diferente con los chicos del que se da generalmente en las instituciones.Nos preguntamos qué infancias habría allí , cómo serían las miradas adultas puestas en ellas , cuántas expectativas habría sobre el futuro de esos nenes y qué lugar ocupaban la literatura,los libros,la lectura y la imaginación.
Empezamos con un simple frasco:la propuesta era ir llenándolo de cosas.Juguetes,cartas,historias,sonidos,canciones.La cuestión era destaparlo , abrirlo a pesar de la prohibición impuesta a Pandora, una nena muy toquetona , muy inquieta , muy curiosa que habíamos inventado.Destaparlo,explorarlo , volverlo a llenar, resignificar su contenido.Transformarlo.Desafiar el capricho de los dioses –o no tan dioses-adultos.
Y el frasco se llenó.De voces alegres , de chicos curiosos , con un lenguaje vivo , propio , con historias para narrar , con otras para ser escuchadas.Con una literatura viva , que fluía en cada tarde.Donde se descubrían sentidos y se renovaba el asombro.
Lectores en potencia , curiosos incurables.toqueteando los libros de la biblioteca municipal.Asomados a las historias que les contábamos y domadores incansables de los libros que un día llegaron en grandes cajas para quedarse para siempre.Libros que entran a flor de piel,tal cual lo plantea Laura Devetach:
[2]
“No hay caso,los libros también entran por la piel.Tocar libremente un libro,sentir el olor del papel,de la tinta,de la cola,no sentir susto por el libro es quizás tan importante como saber leerlo.es una parte de la lectura.Y que el ámbito en el que se lea sea un lugar afable y que no dé miedo,también es parte de la lectura.”
Descubrimos una infancia , que , a pesar de los contextos de pobreza en donde se desarrollaba , era poderosa.Porque tenía el don de crear historias , la capacidad de asombrarse con cosas simples , la tentación de transgredir el “corral adulto”.
No era una infancia a la que hubiera que enderezar , ni enseñarle valores , ni que estuviera en condiciones de inferioridad o carente de algo que los adultos pudiéramos ofrecerles.
Eran infancias lectoras y ávidas de conocer e imaginar.Y en eso , el jardín se presentaba como el espacio potente por excelencia para la lectura.Pero en esta construcción del camino lector la mirada adulta muchas veces interfería en ello:
“estos nenes no están acostumbrados a tener tantos libros juntos,en la casa no leen,por eso se desesperan cuando los ven”
“no saben cuidar los libros por eso los guardamos en la biblioteca de la dirección”
“hay que revisar el canon de lectura del ministerio,hacen falta cuentos clásicos”
Se concebía en estas voces una infancia carente de todo,tan sólo por su condición de pobreza.Una infancia ausente,sin voz ni voto en este canon.Y la lectura sustentada en el libro en sí mismo,sacralizado,ajeno, en una biblioteca inaccesible.
Los libros no son sagrados,no deberían serlo.Es más , hay libros que habilitan la lectura y otros que la alejan.Los buenos libros no son sagrados simplemente porque transgreden límites , convenciones,valores.Y cuando se los abre , conmueven, golpean , agitan el pensamiento.Pero para que ese libro lleno de vida y de lenguaje cotidiano lo haga, debe haber un docente,un adulto , un lector que sea el mediador entre los chicos –“sus” chicos-y ese objeto cultural portador de voces , historia , literatura.
Un niño se convierte en lector porque ve a otros en su entorno leer.Y si en casa no se lee,le cabe a la escuela y sobre todo a los docentes la responsabilidad de dar el ejemplo,de convertirse en mediadores y no en un simple transmisores de cánones cuya selección responde , muchas veces a intereses comerciales o ideológicos y que la mayoría de las veces niega voces ,identidades , capitales que nuestros chicos traen incorporados desde su barrio su casa,su familia.Según Laura Devetach:
[3]
“Si en el hogar se instala varias horas a los niños frente al televisor, si las niñas antes de ir al colegio deben dejar sus camas tendidas y los varones no, si los vecinos morochitos son mantenidos a distancia,si en casa no se lee nunca,no podemos después exigir soluciones a los libros o culparlos de llenarles la cabeza a los chicos”
Es imposible convertirse en un mediador crítico si no se es lector.Si no hacemos de la lectura un hábito cotidiano.La falta de tiempo no es excusa:se lee en el baño,en el colectivo,en la sala del dentista.Es imposible saber qué lectores serán nuestros chicos si los miramos desde la decepción, desde la carencia y la imposibilidad.Ser un mediador , alguien que elige de un canon lo más apropiado para el grupo con el que trabaja , implica leer.Y leer es transgredir.
Los lectores son rebeldes por naturaleza,se oponen a un texto, a un enigma , buscan huellas , sentidos.Leer supone cierta forma de rebeldía , de insubordinación y deseo de apartamiento del orden.Pensemos en los grandes héroes que inauguraron la historia:codiciaron sentido , se apartaron de lo establecido , leyeron.
[4]Pensemos en la escena donde Silvio Astier , en “El juguete rabioso” , de Arlt, se inmiscuye con sus cómplices en la biblioteca de una escuela para “robar” libros y de paso , tomarse una chocolatada.Nada pinta mejor que esa escena la relación de los verdaderos lectores,sobre todo niños , con la lectura y la escuela.Pareciera que hace falta romper muchos muros, muchas puertas en el contexto escolar para habilitar la lectura,para transmitir ese placer , esa curiosidad tan afín a la infancia.
Los nenes de nuestro jardín creaban cuentos de monstruos , brujas , personajes oscuros, que pocas veces se comportaban de acuerdo a la norma.Y mayormente , disfrutaban de los cuentos que propusieran la aventura , el desafío , la travesura.
Por eso la literatura no pretende enseñar nada ni dar consejos ni enseñar a atarse los cordones.La literatura , en todo caso nos ayuda a imaginar lo inimaginable:lo que pasa en lugares del mundo que jamás conoceremos, experimentamos vivencias , empezamos a preguntar y a construír mundos imaginarios.Jamás habremos visto un lobo,pero sí sabemos del miedo que le causó a Caperucita.Los ogrontes no existen pero sí existe la posibilidad de imaginárselos caminando estruendosamente por un pueblito tranquilo.
Por eso es que la lectura y la literatura son necesarias , sobre todo imprescindibles en contextos donde urge el encuentro con la palabra , con la propia, con la historia mía , del barrio, de la familia.Donde aprender a escuchar y a escucharse , debe ser una tarea placentera. Donde pueda decirme y decir con otros.Es el jardín el primer lugar donde se producen estos encuentros.O no.
En los primeros años de la infancia es donde un chico comienza su trayectoria como lector.Y muchas veces , se presupone –y mal- que enseñar a leer es tarea de la escuela primaria.Se presupone que los libros deben ser “bonitos” con muchas imágenes y colores,porque si no los chicos se aburren.Se cae en el estereotipo , ignorando que hay buenos libros sin dibujos pero plenos de sentidos,que el sonido de la palabra estimula la imaginación de los chicos y que , justamente , la búsqueda de sentido requiere esfuerzo y que aprender a escucharse es un aprendizaje esencial en toda lectura.
Se ignora también que muchos libros tienen buenas imágenes , pero imágenes que invitan a interrogarse , a inferir , a plantear hipótesis.Y no siempre son “bonitas” o acordes a las reglas que el mercado editorial impone , sobre todo de revistas especializadas en Nivel inicial.Porque su estética tiene más que ver con el arte , con la búsqueda de un significado que con lo que el mercado impone como “bello”.
En “Cuentos en frasquitos” la literatura propia vino de la mano de Paul Klee y de Joan Miró .Elegimos imágenes que reproducían obras de estos artistas y dejamos que los nenes las exploraran y le buscaran una historia a esos personajes.Historias que nos fueron dictando y que fueron enfrascando.Historias plenas de significados. Lectura y literatura de la mano.
Para que ambas,hermanitas siamesas,a veces inciertas y a veces peligrosas entren a la escuela con la frente bien alta , hace falta revisar nuestra concepción de infancia y mirarla desde la posibilidad.Establecer con los chicos otro vínculo , donde su voz , su historia sean válidas.Y darle desde la escuela un lugar a la incertidumbre , al extrañamiento y al asombro que requiere el encuentro con la literatura.Si es que de verdad el día de mañana queremos ciudadanos rebeldes , críticos , pensantes.
Si es que de verdad estamos dispuestos a convertirnos en lectores para transmitir y contagiar el placer de leer.
Si es que de verdad elegimos como compromiso y como riesgo , la afanosa tarea de formar lectores.

*Ponencia leída en las Jornadas de Nivel Inicial organizadas en el año 2007 por el Dpto de Humanidades de la Universidad de Río IV,Córdoba.


[1] “Cuentos en frasquitos” fue un proyecto avalado por INCIDE (Instituto para la Cultura ,la Innovación y el Desarrollo) y por Fundación Navarro Viola, llevado a cabo durante el 2007 y en curso para el 2008.
[2] Devetach,Laura. Oficio de palabrera.Ediciones Colihue.Bs As,1993

[3] Devetach,Laura.Oficio de palabrera.Ediciones Colihue.Bs As,1993
[4] Montes ,Graciela.Mover la historia:lectura , sentido y sociedad.www.gracielamontes.com./escritos/historia.html

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